PINTO COMO TOCO....TOCO COMO PINTO

viernes, 5 de junio de 2009

"MIS AMIGOS MUSICOS" (1)


SANDRO SALVATI

Sandro Salvati, “El Rucio Sandro” apareció como oyente, como un aficionado mas, a las sesiones de los sábados en el Club de Jazz de Santiago, alrededor de 1956-8, junto a sus amigos Aníbal Pinto, Manuel Videla, “Palito” Barrios y Pancho Eyzaguirre.
A Sandro no le gusto lo que oyó esa noche allí.
Hijo de un tradicional italiano, experto en lírica y administrador del Teatro Municipal, empezó a estudiar saxo a los 20 años, razón tenia y de sobra, en no gustarle el jazz tradicional y Dixieland que oyó esa noche en el Club. Seguramente y no seria de extrañar, entre otros, me oyó a mi, tocando en ese entonces con la Banda dirigida por José Hossiason (Pepe-Pope) pianista, llamada “Los Mapocho Stompers” con Domingo Santa Cruz, Boris Castillo, Manuel Leiva en corneta, Rafael Parada clarinete y que mas tarde seria la plataforma para la tradicional “Retaguardia Jazz Band” de larguisima y destacada trayectoria. Es también posible que lo mas moderno que haya oído haya sido los “Titanes” también conocidos como “Los Titanoes” (en el lenguaje del Club) con el vistoso Gilbert Diacon en trompeta, Patricio Pérez en Trombón, Boris Castillo, bass, Rafael Parada clarinete, Panchito García Huidobro en piano y uno de mis héroes de entonces: el creativo baterista Arturo “Chico” Vallega .
Camino a casa comento a sus amigos:……No me gusto nada esta cuestión! Esos tipos ni conocen a Parker ni a Bud Powel.
Nada mas dijo, y nadie le rebatió nada, pues nadie de los tres amigos conocía a esos músicos y nada de jazz tampoco, la excepción puede haber sido Panchito Eyzaguirre, que ya tocaba piano.
Sandro era y fue siempre una persona de mínimas palabras y de una timidez extrema, lo conocí por mas de cuarenta años, estuvimos en inmejorables situaciones de haber podido dialogar, años mas tarde cuando integramos el grupo “Fusión” y ensayábamos en El Canelo, en el Cajón del Maipú, y pasábamos días enteros juntos, entre ensayos y descansos debajo de los árboles, a lo mas me decía:
-Y….????
- Total !!…. le respondía yo. Y ahí concluía nuestro dialogo.

Apareció con un tenor, al poco tiempo tomo definitivamente el saxo alto, lo conocí como integrante, del primer grupo de jazz moderno en la historia del jazz en Chile, por lo menos dentro del Club de Jazz.
Los Six-Seven se llamaba la agrupación, por que solían ser seis y otras veces siete, cuando por circunstancias que desconozco, agregaban un segundo trombón, Patricio Pérez, ellos eran, Boris Castillo en trombón, Patricio Ramírez, trompeta, Sandro en alto, Julio Andrade bajo y Pancho Eyzaguirre piano y Francisco”Paco” Deza en la batería. Tocaban temas de Shorty Rogers y otros de Los Lighthouse All Stars con Conte Candoli, Carl Fontana, Howard Ramsey, Bob Cooper, Bud Shank….en fin lo mejorcitos del West Coast de esos días.
Recuerdo, que habían veces en que a pesar que estábamos tocando súper bien, inspirados a todo dar con otro grupo estrella de entonces en Chile “Los Dixielanders” (Patricio Valenzuela, Rafael Parada, Manolo Chacon, Julio Andrade, Yuyo Rengifo, Ronnie Knoller y yo) sentía deseos de terminar luego e instalarme a oír a los “Six-Seven”…..tenían algo que a mi verdaderamente me subyugaba, tenían “blend” los temas eran maravillosos, los solos se desplazaban por lados que yo no sospechaba, siempre diferentes, inesperados, carentes de la típica sincopa del jazz de entonces……allí solía emerger: Sandro Salvati, dejando a la audiencia: la mitad eufórica la otra mitad perpleja y entre estos algunos tradicionalistas que se referían al grupo y a Sandro en especial como: “muy marciano” o simplemente “muy crespo”.
Sandro a partir de ahí y hasta su muerte en el año 2003 tuvo una trayectoria brillante, siempre fue “gusto de músicos” y no dejo de ser respetado y requerido en los mejores grupos de avant-garde.
Toco entre otros con Mariano Casanova, Jaime Farfan, Miguel Sacaan, y el importante Grupo Aquila, del batero Sergio Meli, fue ahí donde se estableció como un solista de estatura, mas tarde, llego como nuestro principal solista de la mano de Enrique Luna, al Grupo “Fusión”, donde compartió con lo mas representativo de ese entonces 1970-73: Matías Pizarro piano, Víctor Rivera órgano Hammond Enrique Luna bajo, Daniel Lencina trompeta, Lautaro Rosas y Leslie Murray guitarra, Ricardo Salas flauta, Guillermo Rifo en vibráfono, los percusionistas Memo Romero, Titi Gana, Claudio Bertoni, Pedro Green en las congas, Santiago Salas congas y bongo, David Stanovich saxo tenor y Pablo Lecaros piano eléctrico.
Sus solos se tornaron cada vez mas abstractos y sorprendentes, hay por ahí un registro de un tema mío llamado “El Canelo” arreglado por Enrique Luna, se crea ahí, una atmósfera, muy marcada por los percusionistas, y algunas insinuaciones tonales de órgano y piano eléctrico, para recibir una especie de llamado “montañés” en un unísono de alto y trompeta, el arreglo repentinamente acalla todo y libera a Sandro, que sale con una propuesta, que de verdad requiere de ser estudiada con detención para entender el enfoque de este extraordinario músico.
En mi opinión personal, siempre me referí a el como “el Eric Dplphy chileno” utilizando ese sentir tan nuestro de encontrarle a todo su símil con otro!!...pero bueno así lo sentí siempre.

Sandro fue “Marciano” y a mucha honra diría yo. Un excelente amigo, una excelente persona, extremadamente timido, casi imposible si, de llegar a algún tipo de acuerdo….. para que decir, cuando se trataba de explicaciones o solicitudes de su parte respecto a asuntos específicamente musicales, ahí nadie entendía nada, quedaba la crema, solo Enrique Luna se entendía con el, y solían también trabajar a solas en horas diferentes a las de nuestros ensayos.
También es digno de destacar como anécdota, conversaciones entre Sandro, Titi Gana, Claudio Bertoni , Matías Pizarro y Enrique Luna, ahí si, el apelativo de marcianos se quedaba corto, eso era en definitiva una reunión de directorio en algún asteroide desconocido, con la finalidad de establecer la importancia de la criptonita!!
La última vez que toque con Sandro, creo fue en 1996-8, con Andrés Miquel, Eugenio Guzmán, Pedro Green, puede haber estado también Angelito Parra en guitarra, ahí me dijo en un descanso:
-A mi lo que me tiene fregado es esto…..y me mostró un cigarrillo a medio consumir, en sus dedos amarillentos.
Se sentía mal ya. Esa noche toco con abrigo y lo hizo igual de bien, igual que siempre.
Recuerdo que me despedí de el, con un abrazo.
Don Bilz
Junio/09
a-1, fotografia: Luis Poirot

4 comentarios:

  1. me encanto el relato de Sandro.....
    marciano total......que lindos recuerdos. Siempre lo admire.Interesante que mantengaas esta columana para que los jovenes musicos conozcan un poco que sea a sus antecesores....te felicito.....
    Chechi

    ResponderEliminar
  2. Querido Orlando:
    Muy entretenido todo lo que leí...y me enteré de muchas cosas del mundo del Jazz chileno...eres una persona muy especial, sin duda, un artista. Cuando tuve el agrado de tocar contigo en el Marriot, no sabía de tí ni de tu vida, pues, mientras tú desarrolabas tu música, yo no vivía en Chile... Tus matices, anédotas y experiencias musicales se desarrolaban mientras yo vivía en Perú, .. Realmente añoro tu swing..ojalá que podamos tener la ocasión de invitarte en el Mesón Nerudiano. Estoy con Alfredo Espinoza-(Saxo), Nelson Arriagada (Bass) Nicole Bunout-(jazz singer) y Jorge Rodríguez Donoso (empresario- drums- ..) Los viernes tocamos y, frecuentemente, invitamos a músicos a compañarnos.....Este 19 de junio, vamos a cumplir, en el Mesón, 5 años de actuación ininterrumpida...

    Te abrazo y te deseo éxito en tu trabajo pictórico y en el jazz, por supuesto..
    giovanni cultreras

    ResponderEliminar
  3. Querido Orlando:
    Gracias nuevamente por compartir tus recuerdos de estos héroes del jazz chileno, como le llamas. Yo tuve la posibilidad de entrevistar a Sandro Salvati en su reducto de calle Lientur un par de años antes de fallecer, y realmente constaté que era de otro mundo; su actitud, su postura, sus comentarios... con decir que nunca pude transcribir literalmente la entrevista!
    En definitiva, todo lo anterior lo hacía una persona muy especial y querible.
    Saludos,

    Álvaro Menanteau

    ResponderEliminar
  4. Querido Chico,
    que bien como fluyen esos rfecuerdos !!
    En realidad Sandro fué una persona muy especial, por ahi le llamaban "el mudo, pero en saxo no tenia nada de mudo>: un maravilloso sonido y con ideas super cretivas.
    Recuerdo haber tocado con él varias veces en el Club de jazz y siempre fué una maravillosa experiencia.
    Te felicito por tu blog
    Un abrazo
    Alfonso Barrios

    ResponderEliminar